miércoles, 12 de noviembre de 2014

Nadie me dijo nunca que iba a doler...

... Y dolió tanto, dolió caminar y no saber en que dirección seguir mis pasos, me hubiese encantado reducir algunos impactos tan frontales que no tuvieron razón de ser, me equivoque de puerta lo siento...
... Caminé tantas horas a veces sola, a veces acompañada, a veces feliz y otras tantas llenando los bolsillos con mis lágrimas... Nunca hubiera podido saber que incluso mis errores iba a llevarme a mi destino, mis propios pies cansados lo sabían, mi corazón que me despertaba emocionado lo sabía...... Pero yo necia, yo torpe, quería seguir insistiendo en los lugares donde jamás me ofrecieron ni un saludo...... Soñaba con un día hacer realidad tantos proyectos, pero estaba equivocada de rumbo, de puerta, de ventana, hasta de jurisdicción, de competencia, de cuantía y relevancia...... Sin embargo cuando solté, recibí, como una facultad de atracción las cosas empezaron a encajar unas con otras la docencia, los posgrados, los cursos, los nuevos comienzos, los viejos amigos...... Empezaron a coincidir todas aquellas personas por las que yo me detuve poniendo en pausa mi vida para darles un poco de mí... No sé como, pero volví a acelerar mi paso, a trotar al encuentro de mi puerta dorada que no fue ni donde, ni como yo quería...... Era mucho más...... Era la suma de mis principios, la semilla que regalé sin miramientos a quienes me la habían pedido o a quienes la necesitaron...... Era el camino para mí, era el principio de tantas cosas por la que había luchado sin resultado tanto tiempo sin entender que solo tenía que insistir un poco más... Entonces, entonces supe que estaba donde tenía que estar...

- Capetillo Cabrera

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